Alabanza del aburrimiento

Llevamos varios días de confinamiento obligatorio por culpa de este virus y lo único que se cuela en las pantallas es el jolgorio nacional. A las ocho se aplaude en los balcones; a las doce alguien toca el Himno a la alegría; el domingo, cacerolada; el sábado, bailes regionales. Hemos convertido el Estado de Alarma en un continuo Estar de Fiesta. A todos nos ha llegado el vídeo de esa comunidad de vecinos que juega al bingo, o el de alguien que da clases de gimnasia en el balcón, o los cientos de montajes, memes y demás sobre la locura inexplicable del papel higiénico.

Muchos dirán que es la respuesta a este confinamiento impuesto por el bien de todos. Divertirse de cualquier forma para no caer en la depresión o la locura. Pero ¿por qué? La sociedad nos obliga a estar activos siempre, en cualquier momento y lugar. La vorágine diaria nos llevaba del trabajo a casa y de casa al trabajo; quizá a tomar unas cañas; por las tardes, extraescolares, gimnasio o academia; los fines de semana, al centro comercial. Y vuelta a casa siempre, como Ulises surcando los mares, de aventura en aventura, confiando en que algún día, quién sabe cuándo, volverá a Ítaca. Nos manteníamos entretenidos. Y ahora pretendemos trasladar toda esa diversión a las cuatro paredes de nuestra vivienda con tal de estar siempre haciendo algo. Y, lo que es peor, grabándolo para rezar que se haga viral y las noticias de la noche lo publiquen en su espacio de «así pasan los españoles la cuarentena».

Sol de la mañana, Edward Hopper (1952)

Hemos perdido la capacidad para aburrirnos. Llámenme cenizo y todo lo que quieran, pero creo que es necesario (y me centraré en los más pequeños, porque los adultos ya son un caso perdido) enseñarles a los niños que pueden y deben estar sin hacer nada durante un buen rato. O, al menos, sin hacer nada que suponga actividad o movimiento. El problema es que no pueden aprenderlo porque los mayores que viven con ellos no están ni un solo segundo sin hacer algo. Cualquier cosa. Es necesario transmitir la quietud. ¿En cuántos hogares españoles se han sentado las familias simplemente a leer, en silencio? ¿O a hacer un puzle en común? ¿En cuántas casas hay gente mirando a la pared por el mero placer de hacerlo? ¿O tumbada sobre una alfombra con los ojos cerrados y contando las respiraciones? ¿O echando un vistazo a la calle para ver cómo se oscurece el cielo?

Me dirán ahora que esto no son unas vacaciones, que no estamos en casa porque queremos o porque nos gusta, sino que es algo autoimpuesto, una obligación, por el bien general, sí, pero obligación. Y estoy de acuerdo. Pero el confinamiento no puede convertirse en una fiesta nacional transmitida por streaming a nuestros amigos y conocidos.

Sin duda, lo mejor de estos días es el silencio. Uno abre la ventana por las mañanas y escucha los pájaros, el batir de las hojas de los árboles del parque cercano, el ladrido del perro del vecino. De vez en cuando, algún coche cruza la avenida. Y una bolsa de plástico crepita bajo la ventana, arrastrada por el viento. No hay voces, gritos o sirenas. No hay rumor constante de tráfico intenso. Disfrutemos eso. Al menos, ahora mismo. Ya habrá tiempo, quién sabe cuándo, para pensar en el futuro, para regresar a Ítaca. Por un momento, aunque sea por un solo instante en nuestras vidas, aburrámonos.

Comentarios

  1. Eugenio Garcia Narváez

    ERÓTICA TOTAL OTRO LIBRO DE LA COLECCIÓN DE AMANAD ESTE ES UN LIBRO MUCHO MAS PICANTE EL NOMBRE LO DICE DE TODAS FORMAS ESTE MUY MUY BIEN TAL CUANDO VAS LEYENDO EL LIBRO TE DAS CUENTA QUE EN LA VIDA REAL PASAN ESTAS COSAS QUE CUENTA AMANAD EN EL LIBRO BUENO ES UN LIBRO QUE VALE POR EJEMPLO PARA UN REGALO LEER EN VACACIONES EN TUS TIEMPOS LIBRE LUEGO ESTA EL TEMA DE CÁLIDA PRECIO Y ADEMAS TE LO LLEVAN CASA ES MAGNIFICO YO LO RECOMIENDO PRECIO CÁLIDA POR TODO UN 10 AMANAD

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