Nunca he tenido una máquina de escribir en el sentido más posesivo de la palabra. Sí he trabajado con alguna, pero solo de esa forma romántica en la que un adolescente se sienta a acariciar las teclas pensando que lo que resulte de ahí tiene valor por sí mismo. Por inspiración divina de ese perpetuo clac-clac-clac-clinc. Mi abuelo tenía una vieja máquina de escribir, negra, un armatoste en una mesa auxiliar de su despacho de médico con la que
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Con motivo de la presentación en Novelda (Alicante) de mi última novela, Bajo las piedras, el periódico local Novelda Digital me hizo una entrevista, que publicaron en la edición impresa del mes de mayo de 2018. Aquí os dejo la página y, más abajo, la transcripción de la entrevista. Sirvan también estas líneas para, de nuevo, agradecer al director del diario, Antonio Ayala, y al periodista Antonio Lorente, por hacerse eco de la publicación de la novela, inspirada en un crimen real que
Uno de los aspectos más complicados a la hora de escribir una novela es no caer en una peligrosa falta de verosimilitud. No es nada nuevo; Aristóteles, en su Poética, ya nos lo advirtió. Quienes escribimos novela negra lo tenemos más difícil, si cabe, porque lo que inventamos tiene que ser de algún modo creíble. Al menos, en lo que atañe a las técnicas policiales, el lenguaje de los abogados y de los jueces, el de los criminales, el argot
Servidor siempre ha estado en contra de la censura, sobre todo la que viene de arriba y coarta las libertades básicas de expresión y opinión de las personas, y más concretamente de los artistas. La semana pasada acabé de leer, en el marco de un verano casi plenamente borgiano (el volumen que recientemente han publicado la RAE y las Academias de la Lengua Española es, como indica el mismo título, «esencial») un libro que recoge textos de Jorge Luis
Salgo de ver Múltiple (el último largometraje de ese director de apellido impronunciable que nos engatusó con El sexto sentido) y, después de confirmar con mi pareja que estamos ante un auténtico peliculón, buceo en internet para ver cómo ha caído entre el resto del público. Vaya por delante que un servidor es muy dado a considerar «peliculones» cintas que a otras personas solo les provocaron bostezos interminables. Podría ponerles la relación que, a bote pronto, me viene a
Aristóteles ya hablaba en su Poética de la verosimilitud. Como el griego escribió ese pequeño manual hace dos mil cuatrocientos años, pueden imaginarse cuántos han sido los que han glosado, (mal)interpretado, criticado, comentado y justificado sus palabras. Si nos vamos al original, pasado por el filtro de la traducción (y en las traducciones de los clásicos todos sabemos que hay mil versiones y mil y una posibilidades, y sobre ello se puede leer la introducción que del Arte poética
Escribir una novela es fácil. Que alguien la lea ya es más complicado. Y que haya gente, además, que quiera gastar el dinero comprándola para leerla, parece tarea imposible. Pero ocurre. Y cuando ocurre… la alegría es inmensa. Pero volvamos al principio. A eso de que escribir una novela es fácil. Quizá no sea tan sencillo, ¿no? Todo el mundo ha terminado un libro y se ha dicho: «esto también puedo hacerlo yo». O peor: «seguro que yo lo
Hoy publica El País una curiosa carta al director. La escribe Gonzalo Sánchez Marín desde Gelves (Sevilla) y es tan breve que cabe aquí mismo, en una fotografía: A Gonzalo no le gusta que la gente vaya contando su vida por las redes sociales (se centra, ante todo, en Twitter) y, como quizá no tenga redes sociales (aunque, entonces, ¿cómo carajo sabe lo que la gente publica o deja de publicar?), ha decidido transmitirnos un suceso de su cotidianidad: la rotura de un
Supongo que habrán oído la noticia de esa discográfica estadounidense cuyo productor no quiere publicar a jóvenes talentos ni arriesgar su dinero en grupos surgidos en bares, al amparo de la noche, como la banda sonora de unos besos robados regados con alcohol. Desde hace años, y ya que la discográfica es suya, solo edita discos con versiones de rock de los 60 o grunge de los 90. Y le va bien, tan bien que otras discográficas han decidido
«Uno no escribe las novelas que quiere, sino las que puede». Así empieza el artículo «Novelas de la ciencia», firmado por Antonio Muñoz Molina en su sección Las dos culturas de la revista Muy interesante (nº 422, julio 2016). En el texto, el académico explica que lleva cinco o seis años rondando la idea de una novela cuyo protagonista sea un científico. La tesis que persigue con ello, y que el de Úbeda relata en el primer párrafo del artículo, es